Esta semana en mi tiempo devocional estudié 1 Pedro 1. En este pasaje leemos de la esperanza viva que tenemos en Cristo. Es algo que los ángeles quieren estudiar y comprender. Es una esperanza que los profetas de la antigüedad anunciaban. Es una esperanza tan grande que la abrazamos por fe aún en tribulación y prueba. Creemos en la esperanza de Jesús con firmeza de fe, con amor y con gozo. En el versículo 9, Pedro afirma que el fin, es decir la meta, de nuestra esperanza es la salvación de nuestras almas. Debemos recordar que los creyentes en Cristo hemos recibido esta esperanza de Dios cuando nos hizo renacer en Cristo por medio de su muerte y resurrección. El precio de nuestra salvación y la causa de nuestra regeneración fue la preciosa sangre de Cristo.
1 Pedro 1:18 nos recuerda que Dios nos rescató de nuestra "vana manera de vivir," la que habíamos aprendido de nuestros padres. El versículo 14 nos advierte de la conformidad con los mismos deseos de nuestra ignorancia anterior. Dios nos rescató del camino perverso que lleva a perdición para que seamos santos, iluminados, gozosos, llenos de verdad y amor. Estas verdades deben motivarnos a ejercer fe y mantenernos con esperanza en Dios. El precio que Dios pagó era tan alto, y la esperanza que es nuestra es tan preciosa, que jamás debemos pensar en regresar a la ignorancia de los días sin Dios y la vida vacía que llevábamos antes.
jueves, 12 de marzo de 2009
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